Cebolla frita una deliciosa forma de favorecer el crecimiento reforzando las defensas orgánicas y alargar nuestra juventud.
La cebolla frita estimula numerosas funciones orgánicas, pues es diurética, cardiotónica e hipoglucemiante.
Tiene asimismo propiedades antisépticas y emenagogas (regulación del ciclo menstrual).
La cebolla es considerada y valorada tanto por sus propiedades nutricionales como curativas, al punto que está documentado que en la Edad Media como forma de pago y como regalo de bodas. Su origen no se conoce con exactitud, aunque se cree que puede proceder de Asia, hay quien opina que puede provenir del norte de África.
Reduce, al igual que el ajo, la agregación plaquetaria (peligro de trombosis), así como los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico en la sangre. De manera general, favorece el crecimiento, retrasa la vejez y refuerza las defensas orgánicas, sobre todo frente a agentes infecciosos.