Si pensamos en condimentos de la cocina japonesa, seguramente muchos nos vendrá a la mente el wasabi, la salsa de soja, u otros similares. Sin embargo, hay uno que a pesar de ser poco conocido, es clave en muchas recetas de la gastronomía oriental. Se trata del Mirin.
Si hay algo que debemos destacar de él a simple vista es el color. Un tono dorado, de consistencia líquida y con una textura almibarada (es por este motivo que algunos suelen calificarlo como una “salsa”). En boca, el mirin destaca por ser dulce. Y, generalmente, ¿para qué se utiliza? Pues en realidad es un ingrediente esencial para la elaboración de muchas de las salsas tradicionales, como por ejemplo, la salsa teriyaki. Técnicamente, el mirin es un tipo de vino de arroz, o sake, pero de muy bajo contenido en alcohol. Para su elaboración se utilizan principalmente 3 ingredientes: arroz, koji (un hongo muy común en la cocina japonesa) y por último el shochu.