La planta de la pimienta es capaz de ofrecernos distintas variedades de granos de pimienta que varían en función de cuándo se cosechan estos y del proceso que se sigue posteriormente. En el caso de la pimienta negra, se cosecha cuando el fruto todavía está verde. Se lava brevemente en agua caliente y se deja secar inmediatamente, normalmente al sol. La pimienta en este estado conserva su piel exterior, que es bastante oscura. El proceso de secado hace que se oscurezca todavía más, adquiriendo su característico color marrón oscuro, casi negro.
La pimienta negra es picante. Es un picante que notamos en la lengua y en parte en la nariz por la presencia de piperina, el compuesto que le da a la pimienta su especial aroma y como acabamos de ver, su punto picante. Se suele considerar el picante de la pimienta negra como suave y muy tolerable, pero no cabe duda de que un plato con mucha pimienta puede llegar a picar bastante.
Preservaremos mejor el aroma y sabor de la piperina si la cocinamos poco (o nada). Por eso, es aconsejable añadir la pimienta negra en el último momento, justo antes de comer el plato en cuestión y si puede ser, recién molida.
Ingredientes: Pimienta negra, especias.