Se trata de un condimento, más o menos picante según la variedad, a base de aceite de soja, chile en copos y otros ingredientes que cambian en cada variedad.
Tiene tantísimas aplicaciones que es más difícil decir qué no puedes hacer con él que lo que sí. Piensa en él como en un aderezo concentrado listo para aportar sabor a prácticamente cualquier cosa que cocines (lo que no quiere decir que se lo tengas que poner a todo, obviamente).
En general cualquier preparación magra se vendrá arriba con el puntito de crujiente y grasa -poca- que aporta, desde un lomo a la plancha hasta unos fideos de arroz o un arroz integral con verduras salteadas. Ponlo en los huevos revueltos y en cualquier sopa de estilo asiático (o convierte gracias a él cualquier sopa en una de estilo asiático, que también se puede), o aliña la salsa avinagrada de las empanadillas o los rollitos.
Ingredientes: Aceite de soja (43%), guindilla (20%), colinabo fermentado (18%), cacahuetes (8%), tofu (soja, agua) (3.5%), potenciador del sabor (E621), pimienta Sichuan en polvo.