El jengibre cristalizado consiste en trozos de jengibre que han sido hervidos lentamente y durante unos minutos en un almíbar. Los trocitos de jengibre resultantes recuerdan a gominolas recubiertas de azúcar. Son blandos, agradables al tacto y se pueden consumir tal cual, como si de un dulce se tratara, conservando todo el sabor característico del jengibre aunque sin el factor picante propio del jengibre fresco. Se puede utilizar también para repostería o como ingrediente de recetas donde busquemos tanto el sabor del jengibre como el dulzor, como es el caso por ejemplo de muchos currys, chutneys o de ciertos platos chinos. La ventaja es que una vez cristalizado, el jengibre se conserva casi indefinidamente en un frasco de cristal por lo que es bueno tener siempre una en la despensa por si un día olvidamos comprar el jengibre fresco.
Es realmente fácil hacer jengibre caramelizado o cristalizado en casa: preparamos un almíbar con tres volúmenes de azúcar por un volumen de agua y cuando empieza a hervir introducimos en él taquitos de jengibre que hemos pelado y cortado previamente. Dejamos hervir entre 5 y 10 minutos. Retiramos y escurrimos bien. Espolvoreamos los trozos ya escurridos con azúcar y dejamos secar en un lugar caliente. Una vez seco, ya podremos guardar los trocitos en un tarro.
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